Manifiesto

 Y qué hay de malo en emborracharse un martes por la tarde, qué hay de raro en sonreír a un desconocido que se ve cansado y triste, qué hay de ridículo en bailar con la música de Mercadona, qué de difícil en decir a todo que sí.

Nada, no hay nada.

Si no enloquecemos ahora, cuándo vamos a hacerlo. Si no besamos, si no amamos, si no follamos ahora, cuándo lo vamos a hacer. No dejes para mañana a las personas que puedas querer hoy. No quieras vivir otro día los  momentos que tienes delante ahora mismo. 

Quiere, quiere cada pequeño instante como si fuera tu último segundo en la tierra. Valora, aprecia lo que te llena cada mujer, cada hombre, y hazlo como si ya no los volvieras a ver nunca más. Déjate llevar por quienes le ponen un poco de locura a todo y haz que pasen aquellas cosas a las que el resto del mundo teme. Si ellos frenan, tú acelera.

Bebe, grita, sé feliz en cantidades industriales, busca no ponerles interrogantes a las cosas, porque cuando más magia tienen es cuando no existen respuestas. Ve con resaca al trabajo o a la universidad, expón sin voz ese trabajo tan importante y, si todo sale mal, soluciónalo con una dosis de agujetas de reír. No te preocupes, los locos son ellos. Tú encárgate solamente de sentirte vivo. No te arrepientas de nada, jamás. 

No des nunca explicaciones por ser tú mismo, con tus demasiados «menos» y tus pocos «más». Créeme, el amor, el querer, consiste en estar lleno de defectos y que alguien, otro imperfecto como tú, vea toda la poesía que desprenden. Siente lo que es ser dos contra el mundo: tú y ella, tú y él, tú y tú.

Enamórate del mar, acaricia la arena, haz una hoguera en la playa y, aunque no tengas ni puta idea de cantar, canta; sonríele al sol hasta quemarte los dientes, piérdete en la montaña en busca del viento.

Encuéntrate contigo mismo en una ciudad cualquiera: Bangkok, París o Buenos Aires. A los problemas de ayer y de mañana diles que llamen a otra puerta, que la tuya está cerrada por vivir. Tú eres tu propia utopía, tú eres tu propia felicidad, tú eres todos los días de tu vida.

¡Vive, baila!

¿Qué cuáles son mis planes?

Hablar sobre cualquier cosa, riéndonos de todo,

un martes hasta las tres de la mañana porque sí...

Hortensias 




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