Memento ardere

 

A cada zancada dejaba todo atrás,

comprendiendo que no volvería al mismo lugar.

La naturaleza lo cobija en sus brazos, 

su cuerpo entra en trance 

y se rebela al invierno.

Siente vibrar su respiración, 

su mente se vacía y despeja,

su voz interior toma el protagonismo.

Recita poemas que riman con las olas,

con el atardecer, con la brisa y su alma.

El mar, la sal y el sol lo derrotaron suficientes veces, 

como para volverlo a crear fuerte e insondable.

Las tormentas, la marea y la bruma,

ya no merman su espíritu.

Siente que vuela al correr,

agradece todo lo que sus ojos alcanzan a ver,

se vuelve parte del latir de la tierra.

Corre contra el tiempo,

y por vez primera a su favor.

Con cada inhalación absorve vida,

con cada exhalación elimina miedos, sombras y rencores.

Es el vital movimiento, 

frente al mar renace inextingible,

haciendo pleno uso del ejercicio de su ¡Libertad!...






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