Contemplador de atardeceres

 Me gustaría vivir muchos atardeceres llenos de felicidad frente al mar, donde siempre encuentro tranquilidad y belleza perfectamente concatenada, contemplar el sunset, unirme con el, sincronizando mi ritmo corporal a su vaivén y sentir en todas las tonalidades de sus colores mis recuerdos de esta vida.

 Los mas sustanciales y hermosos, los que aun anhelo y están por venir; las personas que compartieron mi vida hasta ahora y las que estan por llegar, las que la iluminaron, la hicieron mas feliz con su presencia, las que siempre mantuvieron su color. 

Rememorar las cosas buenas, las aventuras, los arrebatos, las locuras, las osadías, lo cotidiano que se vuelve valiosamente intangible y añorable. Recordar todo en el tiempo que dura el ocaso y agradecer todas aquellas maravillosas cosas que viví, era la vida que me tocaba y no escatime en aprovecharla al máximo cada segundo. 

Asimismo recordar que no todo fue un atardecer perfecto, también hubo mal tiempo que eclipsó el ocaso, lluvias torrenciales y nubes negras presentes; sin embargo todo ello pasó y me permitió crecer, madurar, evolucionar y llegar hasta aquí, convirtiéndome en lo que ahora soy: un autorrealizado contemplador de atardeceres... 

El atardecer frente al mar es el lugar perfecto para olvidar la fatiga y dejar ir las cargas negativas de la vida, transmutarlo por  una perfecta composición cromática, lleno de sosiego y apacible consuelo, como si el universo se compadeciera de mi al regalarme esta inefable obra de arte, abandonarme completamente a el, sintiendo mi vida cobijada por los brazos de sol...



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