El cerebro esta diseñado para sobrevivir, no para descubrir la verdad
Al contrario de lo que ocurre con los crustáceos que llevan el esqueleto por fuera y la carne por dentro, los homínidos vamos con la carne fuera y el esqueleto dentro; el esqueleto, «y el cerebro», añade el neurofisiólogo de la Universidad de Nueva York Rodolfo Llinás. El cerebro está dentro del esqueleto, absolutamente a oscuras, elucubrando a partir de señales codificadas por sentidos deficientes y a menudo enfermos.
No es seguro que este cerebro se haya autodiseñado para descubrir la verdad, sino más bien para garantizar su supervivencia. Ha necesitado algo de inteligencia y tiempo para automatizar miles de procesos como la respiración, la digestión o la transpiración. En la gestión de los procesos automatizados, el cerebro funciona de manera tan eficiente que a nadie se le ocurriría abrumarse asumiendo la dirección consciente de la toma de decisiones que implica, minuto a minuto, segundo a segundo, la tarea de respirar o digerir.
La eficacia en la gestión del cerebro para tareas no automatizadas, en cambio, es harina de otro costal...
*EduardoPunset (Adaptarse a la marea)

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