¿Qué querías ser de niño?
¿Cómo encontrar mi pasión? parece fácil, solo basta retroceder el tiempo y preguntarle a ese niño de antes ¿qué es lo que mas le gusta hacer?. Sin embargo después de volverme un adulto, siento que perdí mi rumbo escuchando todas las voces, menos la mía. Les di la razón, incuestionablemente por encima de mi mismo.
Un ser humano creativo, es un niño sobreviviente a la deshumanización. De niños sabemos muy bien lo que queremos desde el fondo de nuestros corazones, no tenemos dudas. Cada acto es una confirmación de la desesperada emoción por planear, hacer y repetirlo sin cesar. Es muy simple solo buscamos lo que ansiamos en ese presente infinito, lo hacemos y ya, nada mas importa. En la niñez nuestro super yo evolucionado en las normas sociales aun no aparece con sus cuestionamientos que harían temblar al mas extremo de los fundamentalistas.
Crecer con esa voz interior nos costaría enfrentar a nuestro ego, a la familia, el grupo de amigos, compañeros del trabajo, creencias, culturas, dioses y hacernos cargo todo ello. Estableciendo mecanismos de afronte a cada situación, ante diferentes actores y circunstancias, es decir un gasto enorme de energía mental solo para defendernos de cuestionamientos. Siendo mas fácil y menos costoso mimetizarnos con el entorno para no desentonar con la fotografía perfecta que todos esperan.
Conforme crecemos atenuamos esa voz, vamos acallándola con deberías, lo que es lo mejor según los demás, aparecen los condicionamientos y manipulaciones en nombre del amor y la aceptación. Aparece la seguridad, el status quo, las tradiciones, los castigos y los premios, el no desbordarse de las líneas preestablecidas, hacer lo justo y necesario, orientarse a la demanda, lo que esta en boga y es mejor pagado, aparece el prestigio, irrumpe el poder, avizora la fama, nos seduce el reconocimiento. Y entonces compramos el pack de felicidad que el capitalismo nos vende a cambio de nosotros mismos.
Nacemos con el llamado interno, con dones y potencialidades inigualables, estamos en sintonía con nuestro ser mas profundo, somos una unidad sagrada. Cada uno de nosotros trae consigo una pieza del rompecabezas universal y la técnica perfecta para ensamblarla.
Vivir una vida sin pasión no es negociable. Despertemos de ese letargo existencial, destrabemos nuestra voz interior, renunciemos a renunciar, hagamos nuestra única y mas grande apuesta de todos los tiempos: "nosotros".
Hoy quiero cerrar los ojos y mirar hacia dentro, contemplarme el corazón y hacerme esa pregunta. Aún no oigo esa voz, no la recuerdo bien, sin embargo siento que desde el silencio la escucho cantar...

.jpg)
Comentarios
Publicar un comentario